¿Qué es el abuso?
Daño físico, emocional, sexual o negligencia. No es tu culpa.
Daño físico, emocional, sexual o negligencia. No es tu culpa.
Cambios de ánimo o conducta; evitar personas/lugares.
Escucha y cree. No prometas secreto absoluto.
Si hay miedo, engaño o presión, no hay consentimiento.
Gira el dial o toca un emoji.
Toca cada bloque para derribarlo.
Encuentra cada par y descubre su significado.
Ordena los fragmentos para formar la frase.
Arrastra cada dibujito al color que se parezca más a cómo se siente.
Se siente bien.
No estás segura/o.
Se siente mal.
Si estás en peligro inmediato, llama al número de emergencia de tu país.
Diana Uribe Martínez
consejerahsyas.c@nube.sep.gob.mx
Cel. 55 1694 5537
Roberto González Núñez
consejerahsyas.d@nube.sep.gob.mx
Tel. 55 5453 4826
Aquí encontrarás pasos sencillos para saber qué hacer, quién puede denunciar, qué llevar y cómo darle seguimiento a una denuncia, especialmente cuando hay niñas, niños o adolescentes involucrados.
Antes de denunciar, es importante que la persona esté lo más segura posible.
A veces pensamos que solo puede denunciar “la familia directa”, pero en realidad muchas personas pueden hacerlo. Elige quién eres para ver cómo podrías denunciar:
Si eres niña, niño o adolescente y algo te hizo sentir muy incómoda/o, con miedo o en peligro, puedes pedir ayuda y también denunciar.
Lo que pasó no es tu culpa. Contarlo es una forma de ponerte a salvo y de evitar que le pase a alguien más.
Si eres persona adulta (mamá, papá, familiar, docente, acompañante) y sospechas o sabes que una niña, niño o adolescente vive violencia o abuso, puedes y debes denunciar.
Es mejor denunciar una duda con buena intención que guardar silencio ante un posible riesgo.
Si eres vecina/o, amistad, maestra/o, profesional de salud u otra persona que observa o escucha algo preocupante, también puedes denunciar.
Ser testigo y actuar es una forma muy importante de cuidar a la comunidad. 💛
No es obligatorio llevar documentos para denunciar, pero algunas cosas pueden ayudar a que la autoridad entienda mejor lo que pasó. Marca lo que ya tienes listo:
Si no tienes alguno de estos datos, no te detengas: la autoridad tiene la obligación de investigar con la información que sí tengas.
Denunciar es un proceso que suele tener varios momentos. Aquí lo verás como un caminito de 4 pasos. Toca cada círculo para conocer qué pasa en cada etapa:
No tienes que tener todo “perfecto” para ir a denunciar. Lo más importante es pedir ayuda.
Si no sabes exactamente el nombre del delito, no pasa nada: basta con explicar qué está ocurriendo.
Puedes pedir hacer pausas si te sientes muy abrumada/o. Tu voz es importante, y deben escucharte.
Pregunta cómo puedes dar seguimiento a tu denuncia y con quién comunicarte si necesitas saber avances del caso.
La autoridad puede usar varios tipos de información para entender mejor lo que pasó. Toca cada tema para ver ejemplos y saber por qué es importante:
Son los relatos que hace la víctima, la persona que denuncia y otras personas que saben algo de lo ocurrido.
Aunque no haya otras pruebas, tu palabra y tu experiencia importan y deben ser escuchadas.
Son mensajes, publicaciones o archivos que se guardan en teléfonos, computadoras o redes sociales.
No borres ni edites estos contenidos: tómalos como están y guárdalos en un lugar seguro.
Son documentos emitidos por personal de salud que revisa a la persona afectada.
Si no los tienes todavía, la propia autoridad puede solicitar valoraciones médicas.
Son evaluaciones realizadas por profesionales de la psicología sobre el estado emocional y los efectos de la violencia.
Estos documentos ayudan a entender cómo afectó la situación a la persona, más allá de lo físico.
Son documentos que emiten escuelas, hospitales, DIF u otras instituciones que han tenido contacto con la persona afectada.
Muestran que diferentes personas han observado la situación y se han preocupado por ella.
Son personas que vieron, escucharon o saben algo sobre lo que pasó.
Aunque una persona no haya visto “todo”, su testimonio puede ayudar a armar el rompecabezas de lo que ocurrió.
Después de denunciar, el proceso sigue avanzando dentro de la fiscalía o Ministerio Público. Aquí verás una línea de tiempo sencilla con las etapas más comunes:
Puedes anotar el número de carpeta y el nombre de la persona que te atendió para dar seguimiento más adelante.
En esta etapa es normal que haya dudas o que parezca “lento”. Puedes preguntar periódicamente por los avances del caso.
Pregunta qué medidas existen en tu estado y cuáles podrían aplicarse en tu caso.
Es importante contar con apoyo emocional y, si es posible, asesoría legal para entender lo que significa cada decisión.
Durante todo este proceso es normal sentir muchas cosas distintas. Elige cómo crees que podrías sentirte para ver un mensaje de acompañamiento:
No siempre es posible denunciar de la misma manera. Este carrusel te muestra distintas opciones: desliza o usa las flechitas para verlas todas.
Vas directamente al Ministerio Público o fiscalía más cercana y cuentas lo que pasó.
Tip: lleva anotado el número de carpeta y el nombre de quien te atendió.
Llamas para pedir orientación, apoyo emocional o hacer una denuncia (a veces anónima).
Útil si necesitas ayuda urgente para saber el siguiente paso o te da miedo ir sola/o.
En algunos estados puedes llenar un formulario digital o hacer una pre-denuncia desde internet.
Es útil si te cuesta salir de casa o quieres iniciar el proceso sin ir todavía a la fiscalía.
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A veces después de denunciar surgen dudas o emociones nuevas. Toca cada pregunta para ver su respuesta.
Puedes acudir nuevamente al Ministerio Público o llamar a la persona que lleva la carpeta. Pregunta por los avances, próximas citas o diligencias pendientes. Tienes derecho a ser informada/o.
Sí. Puedes ir con una persona adulta de confianza. También existen instituciones que brindan apoyo psicológico y acompañamiento legal gratuito.
Puedes pedir medidas de protección. En muchos lugares se pueden modificar citas para que no coincidan o incluso hacer declaraciones sin contacto directo.
Sí, totalmente. Las emociones pueden mezclarse: alivio, miedo, enojo, dudas. Hablar con alguien de confianza o con una línea profesional puede ayudarte a acomodar lo que sientes.
Toca uno para leerlo:
Acompañar con información y juegos para prevenir el abuso.
Comunidades seguras donde cada voz sea respetada.
Contenidos breves, herramientas prácticas y líneas verificadas.
Respeto, cuidado, consentimiento claro y escucha.
Psicoeducación, diseño, desarrollo y acompañamiento.